A pesar de que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se encuentra reconocido como un trastorno mental en manuales diagnósticos de referencia como el DSM-5, en España se están poniendo muchas pegas para la obtención de becas para Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE).
En las bases de la convocatoria de este año se especifica que se incluirá como beneficiarios de esta ayuda a los alumnos con TDAH siempre que los apoyos necesarios y las atenciones educativas específicas se encuentren derivadas de una discapacidad, de trastornos graves de conducta o de trastornos graves de la comunicación y del lenguaje asociados a necesidades educativas especiales.
Como todos los profesionales de la educación sabemos, la gran mayoría de los alumnos con TDAH no cuentan con un informe de discapacidad, ya que solo en algunas ocasiones este trastorno va unificado a otro tipo de trastornos graves que generan algún grado de reconocimiento porcentual de discapacidad. Sin embargo, si que suelen contar con otros informes que avalan su necesidad de apoyo educativo como son: el informe médico de diagnóstico, el informe psiquiátrico del facultativo, el informe psicopedagógico del centro, etc.
Por lo que parece, para la Administración prevalecen factores que desconocemos para su exclusión. Y eso a pesar de que durante años anteriores se les han concedido las becas a alumnos que durante estos dos últimos años se les están denegando, tal y como se recoge en el siguiente motivo alegado por la Secretaría de Estado de Educación:
“No acreditar la necesidad específica de apoyo educativo derivada de discapacidad, trastorno grave de conducta, trastorno grave de la comunicación y del lenguaje, trastorno del espectro autista o altas capacidades en la forma establecida en los artículos 2 y 3.1 de la convocatoria”.
Bajo nuestro punto de vista resulta imprescindible replantear los criterios actuales y evolucionar hacia un modelo más inclusivo, que provea los apoyos necesarios a todo estudiante que los requiera. Las autoridades educativas deben tomar conciencia del número creciente de alumnos con TDAH y promover los cambios normativos necesarios para garantizar su pleno derecho a la educación.
